Probablemente en algún momento de abril o mayo de 1971 (el documento no tiene fecha) se originó en el Ministerio Federal del Interior de la República Socialista de Checoslovaquia, concretamente en el I. Directorio de la StB (Inteligencia), una carta de saludos llamada «Carta de saludos de los dirigentes de la inteligencia de la URSS» con motivo del 26º aniversario de la liberación de Checoslovaquia por el ejército soviético.
La conclusión de esa carta es:
Estimados camaradas, les pedimos que transmitan nuestros fraternales saludos de batalla a todos los miembros de la inteligencia soviética y les aseguren que los miembros del servicio de inteligencia de la República Socialista Checoslovaca harán todo lo posible para que nuestra república sea siempre una parte sólida y fiable del campo socialista.
¡Que la amistad entre los pueblos checoslovaco y soviético viva para siempre, sellada por la sangre que ambos derramaron!
Viva el líder de nuestros dos países: ¡el Partido Comunista de la Unión Soviética y el Partido Comunista de Checoslovaquia!
Bajo la bandera de Lenin, ¡hacia una nueva victoria contra el enemigo común!
Jefe del I directorio MFI
plk.RSDr. HLADÍK Miloš v.r. (firma de su propia mano)
Secretario Jefe
KSČ (Partido Comunista de Checoslovaquia) Comité (…) MV ČSSR
FRÝBORT Jaroslav v.r. (firma de su propia mano)
Nota: énfasis en la palabra «spečetěné» (sellado) según el original. Véase el documento de correspondencia operativa con la inteligencia amiga en la carpeta nº 81212.
Por general, vemos las cartas de saludos como una obligación formal necesaria, lejos de expresar los verdaderos puntos de vista del escritor. Pero este caso es algo completamente diferente. En Rusia, hasta el día de hoy, la gran victoria del Ejército Rojo sobre Alemania y sus aliados en 1945, se considera un hecho central y fundamental del siglo XX. Esto no ha cambiado desde los tiempos del comunismo, ya que entonces incluso el aniversario de la derrota de Alemania se consideraba no sólo ideológicamente, sino como un acontecimiento absolutamente crucial y que cambió efectivamente la historia del mundo. Por lo tanto, la Checoslovaquia que era vasallo frente a la URSS, no podía ignorar, y aunque no fuera un número redondo el 26º aniversario de este acontecimiento fundamental. En la carta de saludos era necesario registrar los axiomas cruciales y relevantes, por los cuales tanto el escritor como el destinatario de la carta se guían fielmente según lo que piensan y viven.
Hoy en día, tendemos a ver el contenido de una carta como frases y expresiones vacías, pero este no era ciertamente el caso de sus destinatarios, y los escritores se adaptaron a ello.
En este contexto, me gustaría subrayar tres puntos de inflexión desde la conclusión de la carta, que explica la esencia de la labor de la inteligencia comunista en la segunda mitad del siglo XX, incluida la de Checoslovaquia:
1) Fraternales saludos de batalla
2) Líder de nuestros dos países – Partido Comunista de la Unión Soviética
3) bajo la bandera de Lenin, hacia una nueva victoria contra el enemigo común
1) La inteligencia era parte integrante de las instituciones represivas del régimen, encargada de luchar contra los enemigos internos y externos, tanto en defensa como en ataque, o simplemente en combate.
2) El verdadero y único líder de todo el llamado campo socialista era el Partido Comunista de la Unión Soviética; y su brazo regional, el Partido Comunista de Checoslovaquia, reconocía su subordinación y ciertamente no tenía otras aspiraciones luego de los excesos del 68, salvo ser un obediente ejecutor de la voluntad del liderazgo de Moscú.
3) sólo aparecen dos nombres en la carta, uno es Gottwald, mencionado en la introducción (que no cito) y en seguida LENIN. Se menciona al líder de los bolcheviques rusos como confirmación de la ortodoxia ideológica de los oficiales de la inteligencia checoslovaca, que no están sujetos a ninguna versión mutacional del comunismo, sino que apenas a la versión leninista genuina. Es una confirmación de la tesis de que el servicio de inteligencia de la StB no era un servicio estatal que defendiera especialmente los intereses de la república, sino una policía política secreta al servicio de una ideología concreta. Esta declaración ideológica fue complementada por camaradas de la inteligencia, que afirmaron una vez más su militancia contra un enemigo común. Se trata del propio imperialismo, que, según las ideas de Lenin, debería haber sido derrotado en todo el mundo.
Vladimír Petrilák
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